miércoles, 24 de junio de 2015

Hoy estás otra vez en mi mente y en mis conversaciones recientes de Whatsapp. Porque no importa cuantas veces intente sacarte de aquí, merodeas constantemente en mi cabeza con tu mirada misteriosa y tu porte tan sexy. Llegas y me interrumpes con un "Hola, cómo estás?" y enseguida  voy yo a apendejarme siguiendo el hilo de nuestra estúpida conversación. Pero ya no estás aquí, sólo eres un sentimiento, un sentimiento que leo, a través del tiempo y de la pantalla rota de mi celular. Porque no has vuelto a escribir y ahora me tienes esperando ese "sí", que nunca llegará. Y te haces el gracioso, y me platicas cualquier cosa. Y te escucho, porque te quiero escuchar todos los días, porque quiero que me preguntes qué estoy haciendo y me digas; "Me avisas cuando termines", para seguir, hablando y  hablando de nada. Mientras no entiendes que eso no me ayuda. Que ya estoy hasta la madre de tus fotos sin camisa, de tus mensajes de madrugada, de tus notas de voz y tantas pendejadas, no me envíes nada, mejor ven y quédate conmigo hasta que ya no sienta nada, Adormeceme con tus labios y hazme sentir, que sí, que después de todo no nos equivocamos, este es el lugar donde debemos ir,

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