lunes, 9 de febrero de 2015

La última vez que te amé
fue en mi casa.
Mi casa, tus brazos,
tus brazos tantas veces mi casa.

La primera vez que te vi,
estábamos en un salón de clases.

Qué infierno el sentir tanto por alguien,
que no se dio cuenta.

La última vez que nos besamos enamorados,
No la recuerdo.
La primera vez que nos besamos enamorados,
Tampoco la recuerdo.

Recuerdo la primera vez que te besé enamorada.
Recuerdo también la primera vez que te besé sin amor, me dolió.
Cuánto me costó aferrarme a ti.
Recuerdo la última vez que te hablé de mí.

Fue la primera vez que te colgué.
Fue la última vez que hablamos.

La primera vez que te extrañé,
No la recuerdo.
La última vez que te extrañé,
Tampoco la recuerdo.

Te quise, de alguna manera, en todos mis momentos.
Te quise cuando quería continuar,
te quise cuando me alejé.
Y te quiero ahora que no estás.

Y es que es difícil entender, que te quiero, pero no para volver.
Aun así escribo notitas pendejas en las mesas del bar,
en las maderas que nadie ve.
Qué infierno jamás haber coordinado los sentimientos.

No es justo, amor, que todavía esculco cajones…                                                    
Que todavía busco debajo de mi cama…
Buscando los rompecabezas,
Buscando una fecha,
la primera vez que nos besamos enamorados.
Una explicación.
Tampoco la recuerdo.

¿Si me amaste, cuando comenzaste?
Recuerdo la primera vez que te besé.          
¿Fue muy tarde?
Cuánto me costó aferrarme a ti

Recuerdo la última vez que te hablé de mí…

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